Este blog forma parte del proyecto Diario Intimo de una Ficción Verdadera, se realiza dentro del marco de la materia Redacción Universitaria de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, división de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Humanidades, bajo la dirección del maestro Sandro Cohen.
En la
casa de Daniel
Todo comenzó el sábado pasado, cuando
saliendo de mí trabajo me marco a mi celular uno de mis amigos: diciéndome que
tenía fiesta en su casa. Así que decidí a ir, pero llegar solo no era lo
indicado; por lo tanto comencé a invitar a varios del trabajo sin importarme
cuantos eran.
Hasta que al poco rato ya se habían
juntado varios, yo creo que como unos cuarenta, no sabía qué hacer en esos
momentos, ya que no pensé que fueran tantos, y mi amigo Daniel quien era el de
la fiesta no pensé que se fuera a enojar.
Después de comprar las chelas nos
dirigimos a la fiesta. Los problemas empezaron a comenzar cuando uno de mis
compañeros empezó a decir que el lugar estaba muy feo y otra comenzó a tomar
hasta embriagarse. Llegando a la casa mí amigo con la sorpresa de que todos los
de la fiesta ya estaban bien borrachos, al verme entrar la verdad es que se
sorprendió pues no se imagino que llagaría con casi todos los de mi trabajo;
que la verdad hasta le gusto una del trabajo y pues así que nos pusimos en
ambiente. Comenzamos a bailar todo iba bien hasta unos rompieron el lava manos,
otros comenzaron a pintar la puerta d su casa con aerosol la fiesta comenzó
hacer un gran caos, y qué decir de mis compañeros de trabajo unos hasta
ocuparon el cuarto de los padres de Daniel para hacer sus cosas y yo comencé a
vomitar su sala sin parar. El estaba que se moría de coraje; pues su cocina
comenzó hacer saqueada y lo más temido por mi amigo llego: sus padres entraron
por esa puerta, con la sorpresa de que su casa era un total caos; en ese
momento yo no sabía que hacer así que, muy enojados los señores nos corrieron
de la casa a todos sin piedad alguna, a la mitad de la noche. Para colmo el que
nos había llevado en el carro ya se había ido, nos había dejado y sin dinero no
sabíamos cómo nos íbamos a ir pues la fiesta eran por el metro Martín carrera y
para el metro la raza la distancia era muy larga, y si nos fuimos caminado
llagando casi al amanecer. Al día siguiente me marco mi amigo reclamándome y
diciéndome que me había pasado de lanza
con mis amiguitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario